Sigue existiendo un gran silencio y estigma alrededor de los trastornos mentales. Una de las principales consecuencias de esto es que no se acude a especialistas y se pierde la ocasión de una detección precoz, que es fundamental para recibir un tratamiento lo antes posible, lo cual aumenta las probabilidades de recuperarse y vivir una vida autónoma y con plenos derechos.
 

Tal como destaca la última Estrategia en Salud Mental del Ministerio de Sanidad, que incluye una línea estratégica dirigida a la salud mental en la infancia y la adolescencia, las experiencias y circunstancias vividas en la infancia afectan de forma sustancial a la salud y calidad de vida de las personas durante las demás etapas de su vida. Por ello, atender a la salud mental en las primeras etapas de la vida es primordial, y hay que hacerlo desde todos los ámbitos, fomentando los factores de protección y detectando de forma temprana los factores de riesgo asociados. Entre estos ámbitos de prevención destacan tres:

• Educativo: la escuela ha de generar los medios para fomentar la autoestima, el sentimiento de pertenencia, la resiliencia y valores universales como el respeto, la responsabilidad, la amabilidad y la cooperación, puesto que aumentan el bienestar mental. Es clave que NNA aprendan a pedir ayuda y sepan a quién dirigirse. Dentro de este ámbito destacan: 

- Equipo de orientación educativa: que identifican dificultades y ofrecen formación psicoeducativa tanto al alumnado como a las familias. 

- Enfermería escolar: por su capacidad de detección y de promoción de la salud a través de hábitos saludables e información para NNA y sus familias para saber cómo detectar posibles problemas de salud mental. 

• Comunitario y social: trabajadores sociales y otros profesionales de la atención familiar y comunitaria, por su capacidad para identificar, asesorar de forma individual y grupal, intervenir en casos de crisis y capacitar a las madres y padres, ofreciendo un abanico de recursos. 

• Sanitario: desde la atención primaria, se hace una labor fundamental en la prevención de problemas psicosociales y de salud mental a través del cuidado integral a la familia que se inicia con la planificación familiar, y el seguimiento durante el embarazo, nacimiento, posparto, apoyo a la maternidad, evaluación del desarrollo del niño y, de forma reforzada, del adolescente, haciendo derivaciones a salud mental en caso necesario.  

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De todos ellos, el centro escolar es el ámbito de referencia para la socialización de nuestros menores, y donde pasan la mayor parte del tiempo. La relación de tutores/as, orientadores/as y profesorado con los NNA es estrecha y se abre una gran ventana de oportunidad para la detección de factores de riesgo o conductas alarmantes que puedan estar afectando su salud mental, con el fin de poder reducir y abordar a tiempo estas problemáticas.

Además de estas áreas, los/as profesionales del ámbito judicial, de los medios de comunicación y las aplicaciones digitales que se dirigen a la población infanto-juvenil, deben estar formados en prevención, detección y promoción de la salud mental, como también destaca la Revista Española de Salud Pública, 2020.