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Los profesionales que trabajamos con personas, en este caso con familias -madres y padres, niños, niñas, adolescentes y otros miembros de la familia extensa- necesitamos prestar especial atención a nuestro autocuidado para desempeñar esta labor de forma sostenible, prevenir el agotamiento y el desgaste profesional, mantener una perspectiva equilibrada y ofrecer un apoyo sólido y efectivo.

Beneficios del autocuidado

Incorporar el autocuidado en nuestras rutinas diarias nos permite abordar nuestras responsabilidades profesionales y personales con mayor energía, al mismo tiempo que nos capacita para hablar desde nuestra propia experiencia, transmitiendo coherencia a las familias. 


Os invitamos a explorar la temática del Autocuidado para Familias, donde detallamos sus características y dimensiones, presentamos propuestas de acción concretas, identificamos los principales desafíos y ofrecemos recomendaciones prácticas para integrarlo plenamente en la vida cotidiana. En ese apartado, ofrecemos herramientas que pueden servir para poner en práctica con las familias con las que trabajamos y también en nuestra propia vida familiar.

beneficios
autocuidado profesional
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En este espacio damos una atención especial al autocuidado profesional, que toda persona debe observar como parte importante de su vida y que incluye diversos aspectos:

  • Poder aprender cosas nuevas y mejorar las habilidades profesionales.

  • Iniciar proyectos interesantes, nuevos o gratificantes.

  • Desarrollar buenas relaciones con los/as compañeros/as de trabajo.

  • Tomar descansos durante la jornada laboral.

  • Plantearse metas acordes (ni muy altas ni muy bajas).

  • Decir no a responsabilidades nuevas excesivas.

  • Abogar por un salario justo, derechos y beneficios laborales. 

  • Mantener un equilibrio y conciliar vida personal y familiar.

En el caso de las/os profesionales del ámbito educativo, social y sanitario, el autocuidado se hace aún más relevante ya que formamos parte de los grupos profesionales con mayor probabilidad de sufrir el síndrome de desgaste profesional o burnout, un estrés crónico en el lugar de trabajo que se caracteriza por agotamiento emocional, despersonalización y bajo sentimiento de autorrealización, afectando también a la relación entre profesional y paciente. 

Trabajar cada día con el sufrimiento de otros, y con emociones difíciles como la tristeza, frustración, rabia, incomprensión, etc. va provocando una distancia entre lo que esperamos lograr y lo que conseguimos realmente. Esto nos va desgastando y requiere de recursos específicos para saberlo gestionar. Así lo indican diversos estudios, guías y noticias que os compartimos en “recursos de interés”. 

Autocuidado profesional

herramientas
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Herramientas para trabajar el autocuidado de las familias

Además de la documentación, los recursos y contenidos ubicados en el apartado de Autocuidado para Familias, que pueden servir como guía u orientación para trabajar con ellas, os compartimos un formulario de evaluación del autocuidado proporcionado por TherapistAid.com: 


Test de Evaluación del Autocuidado.


Consideramos que puede ser un buen punto de partida para identificar los puntos débiles y generar un plan de acción que fortalezca el autocuidado personal y de las familias con quienes trabajamos.

Fomentar nuestro autocuidado como profesionales

fomentar

Detectar nuestras emociones, síntomas de estrés y conocer cómo nos afectan nuestros descuidos personales son una parte esencial en la mejora del autocuidado, ya que nos permiten tomar conciencia de nuestro malestar, reflexionar sobre la relevancia de dedicarnos un tiempo de calidad y, sobre todo, tomar acción.  

Algunos de estos síntomas y dificultades pueden ser:

  • Sensación de cansancio continuo.

  • Confusión, problemas de concentración, escasa claridad mental. 

  • Incapacidad para descansar, hiperactividad.

  • Insomnio, alteraciones del sueño. 

  • Trastornos digestivos, pérdida o exceso de apetito.

  • Aumento del uso de excitantes como alcohol, tabaco, café, chocolate.

  • Aislamiento del entorno social y familiar. 

  • Pensamientos negativos recurrentes e inseguridades. 

  • Sentimientos de impotencia, vulnerabilidad, inadecuación.

  • Periodos de llanto, tristeza continua, cambios de humor.

  • Apatía, irritabilidad, agresividad. 

  • Fuerte identificación con las víctimas o, por el contrario, desinterés o falta de empatía. 

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A raíz del confinamiento que sufrimos por la pandemia del Covid-19, se elaboraron numerosas guías de autocuidado para profesionales de la salud con el fin de sobrellevar una situación tan compleja. A pesar de haber retomado la normalidad, muchas de estos consejos prácticos, como los que comparte el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, nos permiten mirar a diario por nuestra salud mental y bienestar global:

  • Cuidar nuestras necesidades básicas: 

- Alimentarnos de forma saludable y equilibrada;

- Beber agua suficiente;

- Seguir una rutina de ejercicio;

- Evitar el consumo de drogas, alcohol o tabaco;

- Descansar dentro del trabajo, haciendo pausas (incluyendo pausas breves en las que respirar de forma consciente, descansar la vista, revisar nuestra postura o estirar);

·- Descansar fuera del trabajo: desconectando de la vida laboral y realizando actividades placenteras. 

  • Conectar con nuestros seres queridos: cultivando espacios de seguridad, apoyo mutuo, comunicación y afecto.

  • Entrenarse en la identificación de emociones y sensaciones: las emociones difíciles como la tristeza, el miedo o la incertidumbre son parte de la vida y es normal que las sintamos; aprendamos a aceptarlas, entenderlas y regularlas.

  • Limitar nuestra exposición a internet y elegir los contenidos que seguimos en redes sociales y medios de comunicación. Disfrutar de movernos al aire libre, de conversaciones, de actividades culturales, de la lectura, de tareas placenteras que mejoran nuestra atención y concentración, del ejercicio físico, de nuevos aprendizajes y experiencias que nos aporten. 

  • Establecer y mantener relaciones de confianza con los/as compañeros/as de trabajo y jefes/as: hablar de las contradicciones, sentimientos y dificultades con otras personas del mismo ámbito laboral constituye un gran apoyo.

  • Valorarnos, reconocer cada día el servicio que estamos dando y agradecérnoslo: encontrar satisfacción y disfrutar de los pequeños logros que conseguimos en el día a día, y reafirmarnos en nuestro propósito de ofrecer ayuda y recursos a los demás (sin olvidarnos de nosotros/as mismos/as). 

> FUENTES:

> RECURSOS DE INTERÉS:

 


 

recursos

Varios estudios e investigaciones sobre el síndrome del profesional quemado/a, burnout o desgaste profesional en los ámbitos del Trabajo Social, la Enfermería y la Medicina, entre otros, concuerdan en que una de las soluciones para controlarlo y prevenirlo es la formación en competencias emocionales y habilidades resilientes. Resulta imprescindible desarrollar habilidades de comunicación y empatía y, al mismo tiempo, de autoconciencia y atención plena, con el fin de aprender a autorregular las emociones, mantener una relación positiva y auténtica con los pacientes y poner límites entre la vida personal y profesional. 


Podéis leer las investigaciones completas en el apartado de “fuentes”. Deseamos que os sean de gran ayuda. 

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