IE para familias y profesionales
Desarrollo personal e inteligencia emocional en la crianza y la educación · Aprendiendo a regularse · Claves para familias · Claves para profesionales · Conclusión · Recursos · Infografías descargables · Webinar

El desarrollo personal de los adultos que acompañan a niños, niñas y adolescentes son aspectos fundamentales en la crianza y la educación ya que los padres y profesionales que trabajan con menores desempeñan un papel esencial en la transmisión de valores, habilidades socioemocionales y estrategias de afrontamiento. Un adulto emocionalmente inteligente, que se conoce a sí mismo y sabe regularse no solo mejora su bienestar, sino que también se convierte en un modelo positivo para las nuevas generaciones.
Desarrollo personal e inteligencia emocional en la crianza y la educación
El desarrollo personal implica desplegar la capacidad de autoconocimiento y observación de las propias emociones y necesidades para poder gestionarlas en equilibrio con el entorno. Cuando los adultos trabajamos en nuestro propio bienestar y equilibrio emocional, estamos en mejores condiciones para acompañar a los menores en su desarrollo. La inteligencia emocional, definida por Daniel Goleman como la capacidad de reconocer las propias emociones y las de los demás, comprender cómo nos afectan y gestionar nuestras respuestas ante ellas, es clave para una crianza y educación positivas.
Los beneficios de fomentar la inteligencia emocional en las personas adultas que influyen en la vida de niños, niñas y adolescentes incluyen:
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Mayor capacidad para gestionar el estrés y la frustración.
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Mejora en la comunicación y resolución de conflictos.
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Capacidad de responder con empatía y asertividad.
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Fomento de un ambiente seguro y afectuoso.
Invertir en nuestro desarrollo personal se traduce en relaciones más saludables y en la creación de un entorno seguro y enriquecedor para los niños, niñas y adolescentes. Además, fortalece el vínculo afectivo con los hijos y educandos, favoreciendo la conexión emocional y la confianza mutua.

Aprendiendo a regularse

El desarrollo de la inteligencia emocional y el autoconocimiento no siempre es un proceso intuitivo; en muchas ocasiones, es necesario contar con herramientas externas para aprender a gestionar las emociones de manera efectiva a medida que se van poniendo en práctica e interiorizando. Participar en escuelas de padres, acudir a programas de desarrollo personal o recibir orientación psicológica puede ser clave para mejorar la crianza y el bienestar emocional familiar. Del mismo modo, los profesionales que trabajan con menores deben buscar formación continua en este ámbito, asegurando que disponen de los recursos adecuados para guiar y acompañar emocionalmente a niños y adolescentes. La regulación emocional es un proceso constante que requiere compromiso, práctica y, en muchos casos, el apoyo de expertos y de una comunidad de iguales con quienes compartir nuestros descubrimientos, retos y dificultades
Claves para familias

A la hora de educar y acompañar a los hijos, los padres enfrentan numerosos retos emocionales y situaciones imprevistas. Tener herramientas para gestionar las propias emociones y respuestas permite construir un entorno estable y afectuoso para los hijos. Estas claves buscan facilitar el bienestar de las familias promoviendo una crianza basada en el respeto mutuo, la firmeza y el cariño:
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Autoconocimiento emocional: Reflexionar sobre las propias emociones y aprender a identificarlas para evitar que influyan de manera negativa y persistente en la relación con los hijos.
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Gestión del estrés: Aplicar técnicas como la respiración consciente o la meditación para evitar reacciones impulsivas.
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Escucha activa y empatía: Validar las emociones de los hijos y fomentar un clima de confianza.
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Fomento del diálogo: Crear espacios de conversación donde los niños y adolescentes puedan expresar sus sentimientos sin miedo al juicio.
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Liderazgo positivo: Ser firmes en la aplicación y mantenimiento de las normas, promoviendo la disciplina positiva y la conexión en lugar de la coerción.
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Cuidado personal: Un adulto equilibrado emocionalmente puede cuidar mejor de sus hijos; es importante reservar tiempo para aquellas actividades que nos generan bienestar.
Cuidar de nuestro bienestar emocional no es solo una cuestión de actitud o conocimiento, sino también de mantenimiento de hábitos saludables. Integrar rutinas de autocuidado y gestión del estrés, como la actividad física, la atención plena, el descanso y las aficiones puede ayudar a los padres a afrontar los desafíos diarios con mayor serenidad. Al mismo tiempo, mejora la sensación de autoeficacia de los padres, dándoles mayor seguridad en su rol y en sus capacidades para afrontar los retos de la crianza.
Claves para profesionales
Los profesionales que trabajan con niños, niñas y adolescentes tienen un papel muy significativo en el desarrollo socioemocional de estos. La capacidad para gestionar sus propias emociones y modelar comportamientos saludables influye directamente en el bienestar de los menores. Por ello, es crucial que cuenten con estrategias y recursos que les ayuden a crear un entorno de aprendizaje emocionalmente seguro y enriquecedor:
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Formación continua: Mantenerse actualizado en estrategias de educación emocional.
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Autorregulación emocional: Ser conscientes de la propia gestión emocional para no trasladar tensiones personales a la relación con los menores.
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Creación de entornos de aprendizaje emocional: Incluir en el aula o en las intervenciones profesionales espacios y dinámicas donde se promuevan habilidades socioemocionales.
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Trabajo en equipo y colaboración: Fomentar una red de apoyo con otros profesionales y familias para abordar los desafíos de manera integral.
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Modelado emocional: Mostrar con el ejemplo cómo gestionar las emociones de manera saludable y constructiva.
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Estrategias de afrontamiento y resiliencia: Enseñar técnicas de regulación emocional y resolución de conflictos para empoderar a los niños y adolescentes.
Además de su preparación teórica y pedagógica, es importante que los profesionales presten atención a su propio bienestar físico y emocional. Incluir prácticas de autocuidado en su rutina laboral puede mejorar su capacidad para afrontar el estrés y mantener un clima positivo en su entorno de trabajo.

Conclusión
El desarrollo personal y la inteligencia emocional de los adultos que acompañan a la infancia y la adolescencia son esenciales para fomentar una parentalidad positiva y un entorno de aprendizaje saludable. Cuando los adultos trabajan en su propio bienestar emocional, pueden influir de manera positiva en el desarrollo de los menores, promoviendo habilidades socioemocionales y reduciendo conductas de riesgo. La clave está en el compromiso con la formación, la autorreflexión y la búsqueda de estrategias que fortalezcan el bienestar tanto individual como colectivo, ya sea en el hogar como en el ejercicio de nuestra profesión.
> RECURSOS PARA FAMILIAS:
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Hornos, P. (2019). Inteligencia emocional para padres. Guía práctica para enseñar a tus hijos a ser felices. Arcopress Ediciones.
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Centro de Psicología Álava Reyes. Guía de la Inteligencia Emocional para Padres.
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Consejería de políticas sociales y familia. Inteligencia emocional: el secreto para una familia feliz. Una guía para aprender a conocer, expresar y gestionar nuestros sentimientos. Comunidad de Madrid
> RECURSOS PARA PROFESIONALES:
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Bisquerra, R. y García, E. La educación emocional requiere formación del profesorado. Participación Educativa. Revista del Consejo Escolar del Estado. Vol. 5/Nº8/2018, pág. 93. DOI 10.4438/1886-5097-PE
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Chica, O. y Sánchez, J (2023). Educación Emocional y Bienestar Docente. Los maestros como modeladores emocionales. Editorial Unimagdalena.
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Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid. Revista DEBATES, Núm.5 Educación Emocional.
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Podcast sobre Educación emocional organizado por el Consejo Escolar del Estado (2021).
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Steiner, C. (2024). Educación emocional. Editorial Jeder.
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Subdirección General de Cooperación Territorial e Innovación Educativa. Guías y orientaciones en Educación emocional. Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes.
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Vaello, J y Vaello, O. (2028). Competencias socioemocionales del profesorado. Participación Educativa. Revista del Consejo Escolar del Estado. Vol. 5/Nº8/2018, pág. 13. DOI: 10.4438/1886-5097-PE
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Webinar “Educación emocional”. María Capellán, Mª Inés Monjas, Mª Victoria Fernández y José Antonio Luengo. Consejo Escolar del Estado. Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes..
> COLABORACIÓN FAMILIA-ESCUELA:
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Dra. Raquel-Amaya Martínez González (2009). Programa-guía para el desarrollo de competencias emocionales, educativas y parentales Secretaría General de Política Social y Consumo. Dirección General de Política Social de las Familias y de la Infancia. Ministerio de Sanidad y Política Social.
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Instituto de Inteligencia Emocional y Neurociencia Aplicada (2021). I Estudio Nacional sobre la Educación Emocional en los colegios en España.
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Piñeiro, B. (2019). Inteligencia Emocional para padres y educadores: Descubre Cómo Educar con Cerebro y Corazón. Createspace.
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Universidad Pontificia de Comillas (2011) Inteligencia emocional. Revista Padres y Maestros Núm. 337.
Webinar
Creciendo juntos: inteligencia emocional para la educación y la crianza
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