Es urgente y de vital importancia promover hábitos saludables en el uso de las nuevas tecnologías, no solo orientados a la población infantil y adolescente sino también hacia la población en general, con especial relevancia para madres y padres, quienes desempeñan un papel fundamental en el hogar como los referentes que NNA observan y de los cuales aprenden. Así, con el propósito de prevenir, reducir y afrontar los conflictos familiares y mejorar la convivencia, recomendamos:

• Estimular la comunicación como elemento básico en las relaciones familiares. Una comunicación afectiva y asertiva, tanto verbal como no verbal, con la que creamos un clima de confianza donde los hijos se sienten escuchados y podemos tratar los problemas cotidianos y estrechar lazos.

• Dinamizar momentos de disfrute en familia, donde las pantallas no ocupen el espacio principal y donde se estrechen los lazos afectivos y la comunicación abierta y espontánea.

• Observar y conocer bien a cada hijo o hija, saber qué aspectos le afectan más, fijarse en sus respuestas ante el uso de los dispositivos digitales y decidir en base a lo percibido, adaptando y flexibilizando las normas respecto a su uso según las necesidades y características particulares. 

• Aceptar la existencia de conflictos como parte de la vida y afrontarlos de forma constructiva. Para saber más: Educación en valores y resolución positiva de conflictos.

• Establecer límites claros y mantenerlos con firmeza y amabilidad. Establecer consecuencias conocidas por los NNA que sean consecuentes y ajustadas al incumplimiento de aquellas normas y límites que cada familia considera esenciales.

• Aprender de los errores y buscar soluciones alternativas. Asumir el error y rebajar las exigencias a las que estamos expuestos tanto los adultos y adolescentes como todo el sistema familiar.

• Poner normas claras en la utilización de las TICs y establecer rutinas y horarios que protejan sus hábitos de sueño, socialización, responsabilidades y el equilibrio con otras actividades y aficiones cruciales para su desarrollo psicosocial, físico e intelectual.

• Fomentar su colaboración y el entendimiento de estas normas con explicaciones adaptadas a su edad y madurez, partiendo de la brevedad y sencillez en edades tempranas hacia conversaciones más profundas a medida que van creciendo. 

• Negociar pactos para todos los miembros de la familia que regulen el uso de los dispositivos, llegando a escribir un acuerdo que refleje el compromiso de cada parte. Acompañar y supervisar a los hijos y ser un buen modelo en su cumplimiento.

• Promover actividades al aire libre, el ejercicio físico y aficiones alejadas del ámbito de internet y las redes sociales: el gusto por la música, la naturaleza, el arte, la literatura, la danza o el deporte son primordiales para el desarrollo y el bienestar humano.

• Incentivar su socialización, animándole a que forme parte de varios grupos de amistades con quienes compartir tiempo, intereses o aficiones. 

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Por ello la educación debe ser coherente y consistente, con el propósito de fortalecer la confianza que los hijos depositan en sus padres como figuras de autoridad positiva que respaldan y fomentan su desarrollo y aprendizaje de habilidades para la vida. 
 

Además de regular el uso de las nuevas tecnologías dentro de la familia, es imprescindible abordarlo desde otros ámbitos de la sociedad, siendo primordial la acción de las instituciones educativas y de los organismos de salud pública y políticas sociales.

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